11 sept 2011

Una narración bajo las sábanas

Yo también tuve una novia bisexual
Originalmente Publicado en Suplemento Cultural de Tiempo Argentino el domingo 11 de septiembre de 2011.

Además de teorizar sobre el sexo, los académicos y los escritores también lo practican. O eso cuenta Guillermo Martínez, que milita en ambos frentes. No hace muchas otras revelaciones, apenas las necesarias para que la historia arranque y sus personajes tomen el valor para enredarse bajo las sábanas.
El corazón narrativo de Yo también tuve una novia bisexual es el romance entre un profesor argentino y una estudiante en una universidad del sur de los Estados Unidos. El relato navega sereno a través de un erotismo soft que elude lo sórdido y no se arrima a costas escabrosas. La primera persona construye una voz creíble y confiesa sus intenciones: “Me proponía (…) escribir al ras de su piel, en el territorio blanco, salado y tirante entre el vello de su pubis y los montículos suaves de su pechos, y en la escala milimétrica donde se confunden los ojos y la lengua.”
El conocido puritanismo que rige al norte del río Bravo intenta sepultar cualquier indicio de erotismo en las aulas y es la espada de Damocles que pende sobre la cabeza de los amantes. El régimen de vigilancia y adiestramiento de los cuerpos del sistema educativo es descripto de manera minuciosa. Incluso en las posturas más progresistas, este latin lover nota “cierta dureza eclesial, un rigor moral estricto y un tanto maniqueo, una tendencia hipersensible y algo paranoica por dividir el mundo, su mundo, en aliados y enemigos”. Parecer que se extremará cuando Bin Laden desparrame las Torres gemelas por Manhattan.
La acción transcurre en un campus universitario, como en Crímenes imperceptibles (novela llevada al cine por Alex de la Iglesia), aunque ningún asesinato perturba la tranquilidad de esta pequeña comunidad. El escenario pinta muy bien las circunstancias de un tipo de escritor contemporáneo, con sus intereses literarios, sus becas, sus clases, y con un circuito vital bastante reducido. La cajita de cristal del mundillo académico, alienado de la sociedad que lo rodea, sólo toma contacto con el mundo exterior excepcionalmente, en este caso a partir del atentado del 9/11.
Una de las particularidades de la novela es que el personaje se toma el espacio para presentar los apuntes de una teoría de la crítica literaria a la que llama “de los refinamientos dicotómicos” y que se basa en reemplazar los conceptos críticos por una mirada que intente en cada caso dar cuenta racionalmente del placer estético. La prosa, sin tomar riesgos formales, fluye y se calienta al ritmo del roce de los cuerpos y muestra la preocupación del autor por la musicalidad de las frases.

No hay comentarios:

Publicar un comentario