12 feb 2012

Altares en las banquinas

Del Gauchito Gil a la Difunta Correa, las imágenes populares que florecen al margen de la Iglesia y despiertan devoción. Editado en el suple cultura del diario Tiempo Argentino
Creer o reventar parece ser la consigna. Los santos se volvieron los patrones de las rutas argentinas. Las raíces de sus historias reales o no se pierden en la generosidad de la leyenda, y la variedad de milagros se multiplica de boca en boca, y en los altares que vigilan, con ojo gaucho, que ninguna desdicha suceda al bien agradecido.

En Santos ruteros (Tusquets, 2011), Gabriela Saidon sale al camino, la mejor biblioteca posible sobre este tema, para ahondar en una investigación que da cuenta tanto del Gauchito Gil como de la Difunta Correa, figuras mayores de la devoción popular. Ambos crecieron al margen de las instituciones, y les fueron impuestas a los circuitos oficiales a fuerza de fe y masividad.

Saidon se centra en la historia del Gauchito, pero estructura su texto en la sacrosanta competencia con la Difunta. Se pregunta cuánto se tarda en construir un santo, y presenta diferentes relatos míticos sobre los orígenes, algunas historias tenebrosas durante la dictadura, hasta llegar a la masividad actual. Sigue el desplazamiento en el favor popular de la santa sanjuanina a manos del matrero y desertor correntino. No deja de anotar otras figuras de profunda raigambre, desde san la Muerte y el gaucho José Dolores hasta la bailantera Gilda, que quién puede asegurarlo tal vez mañana desbanquen al mismísimo Gauchito.








Una red de voces estructura la historia y da sentido a la imaginería pagana. En la ruta aparecen desde un cura chamamecero que suma la figura del Gauchito al santoral oficial, el intelectual correntino Carlos Lacour para quien el sacerdote intenta “imponer la religiosidad de la iglesia en el chamamé, que es una expresión sensual”. Pasando por una infinidad de devotos que testimonian sus experiencias y creencias.

A través de una crónica periodística de buen ritmo, la autora sostiene su investigación en una prosa rutera con cantidad de testimonios, verosimiliza las escenas a través de detalles cotidianos, pero también consulta a académicos que se han adentrado en estos temas. Por ejemplo, Alejandro Frigerio explica: “Hoy se imponen los santos para tiempos difíciles, como San Expedito o San Jorge. Santos Guerreros. Así también el Gaucho ha desplazado a Ceferino Namuncurá. ¿A quién le vas a pedir, a un gaucho matrero o a un indiecito que se pasó al blanco? El Gauchito Gil gana por goleada porque es un símbolo poderoso de grandes resonancias en la cultura argentina. Un símbolo que condensa. Martín Fierro y la cruz.”






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