2 ene 2017

Ciencia pop que inspira y provoca

El gato y la caja, la plataforma online de divulgación y debate desde el punto de vista de la ciencia más novedosa de los últimos años. Los artículos, y muhcas veces los comentarios de los foristas, no tienen desperdicio...



Para los que lo conocen, saben que decir que El gato y la caja es un proyecto online de divulgación científica es valorarlo en menos de lo que vale. En apenas tres años, el proyecto ha alcanzado metas mucho más ambiciosas. Por ejemplo, de ser una cuenta en Twitter pasó a tener su propio espacio de investigación en el que proponen y generan nuevos conocimientos, y esto agitando a un público que en su mayoría es joven y no está necesariamente ligado a la ciencia.

En un momento político en que el mundo de la investigación científica enfrenta el duro desafío del desfinanciamiento y del menosprecio de ciertos sectores, El gato y la caja –encabezado por Facundo Álvarez Heduan, Juan Manuel Garrido y Pablo González– muestra no sólo la necesidad de una gran cantidad de gente que busca y aprecia la mirada científica cuando esta logra dar explicaciones claras, y además accesibles y divertidas, sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana, sino que también evidencia el fervor de muchos científicos por dar a conocer sus trabajos a comunidades más amplias que las de sus propias disciplinas.

“Qué cosa hermosa cuando los datos cuentan una historia”
Clic a nota original
amarillo troll pro recorte, azul anti recorte
Uno de los últimos artículos de esta plataforma, escrito por Pablo González, gira en torno a si hubo una operación en Twitter contra Conicet, y como es la costumbre de este sitio lo hace sobre datos duros. En este caso, los toma de la investigación de Analía Celeste Luis (@Analiacl) y Yamila Abbas (@abbasyami) que recopilaron e hicieron un primer análisis sobre una muestra realizada sobre el total de tuits vinculados a este tema entre el 10 y el 21 de diciembre.

El resultado revelaba que 52% de los tuits que mencionan la palabra Conicet están a favor de la institución y un 48 en contra. Además de la polarización, este primer análisis muestra que el grupo que apoya a los investigadores del Conicet produjo una mayor cantidad de tuits individuales y es bastante más heterogéneo ideológicamente (no son solo kirchneristas) en tanto que los “pro recorte” se mostraban más oficialistas y antikirchneristas y son mayormente retuiteos de ciertas fuentes centrales, es decir que esos tuits estaban organizados a partir de la repetición de los de algunos “líderes de opinión”.

Otra información muy descriptiva que muestra la sistematización de tuits es que mientras el grupo “anti Conicet” utilizaba términos descalificadores y enjuiciadores, los del grupo anti recorte tendían a ser más argumentativos y a dar datos concretos sobre el estado de la investigación en Argentina. Un detalle curioso que muestra el análisis es que el grupo pro recorte centró principalmente sus ataques sobre las investigaciones de Sociología de la Cultura.

Más datos interesantes que se relevan y analizan en el artículo “Jugada preparada” muestran que la mayoría de los tuis en contra del Conicet provinieron de fuentes que se identificaban con caricaturas, fotos de bancos de datos, entre otros (exceptuando al operador periodístico Gabriel Brasesco), mientras que del lado anti recorte “los usuarios con mayor volumen de menciones y retweets en esta red fueron referentes académicos, investigadores y algunos portales digitales”.

Si bien, sabiamente, el artículo advierte que la información y el análisis debe ser usado “con la cautela de quien presenta un (trabajo) preliminar y asumiendo buena voluntad y capacidad de refinar cada una de las estimaciones”, también previene sobre que Twitter “como soporte y medio no es ajeno a la posibilidad de ser analizado, entendido, expuesto y tal vez hasta manipulado”.

A roquear

La presentación del proyecto Labs de El gato y la caja, el jueves 15 de diciembre, lejos del acartonamiento de un congreso académico reunió a un público mayormente de entre 20 y 30 años sin otra motivación que la curiosidad por ser parte de un evento científico. El Centro cultural de la ciencia –al ladito de Conicet y pocos días antes de que fuera tomado por becarios e investigadores– se colmó por más de las dos horas que duró el evento, y los participantes se dedicaron a hablar de ciencia con una energía muy parecida a la de un concierto de rock.

El clima de diversión se entiende por la voluntad de continuar un diálogo que comenzó en las redes sociales. Mientras los integrantes del proyecto armaban la planta baja del Centro, Paloma Urtizberea, neurocientífica y coordinadora de proyectos, explicó a Tiempo porque cree que este proyecto tiene tanto éxito, “El Gato se paró en un lugar que no ocupaba nadie, cuenta con un tono ameno y cómplice, y apunta a un público que está interesado pero no encontraba un espacio de cultura y debate tan particular. Se generó un espacio en el que gente que no se conoce pero tiene intereses en común puede interactuar.”

“el Gato surgió de la necesidad de hacer comunicación de ideas que nos parecen piolas y que no están presentes en el mundo de la comunicación, con estrategias diferentes, como comunicar visualmente.”
 Al comenzar a caer la tarde, mientras el Centro se llenaba de murmullos, Juan Manuel Garrido, uno de los fundadores y diseñador del proyecto, contaba que “el Gato surgió de la necesidad de hacer comunicación de ideas que nos parecen piolas y que no están presentes en el mundo de la comunicación, con estrategias diferentes, como comunicar visualmente. El logo de Labs trata sobre la transparencia, para contrastar con la idea de que la ciencia es una caja negra.”

Y explicó la función del diseño en la comunicación de ideas complejas: “En lugar de una planilla de datos inmensa que pocos pueden entender, buscamos un gráfico interactivo que no requiere que uno sea un científico experto para entenderlo y acceder a los datos. Tratamos de usar todas las herramientas de diseño que conocemos para que más usuarios accedan a mejor información de manera más directa sin interpretaciones en el medio.”

Los asistentes –el público habitual de este proyecto– provienen de diferentes áreas, como Ciencias Ambientales, Edición, Informática, por mencionar algunas de las muchas que declararon los consultados por este diario; tienen en común haber conocido el espacio en las redes sociales; Mariana, por ejemplo, vio una entrada compartida en Twitter sobre el bajón del porro y cuando la leyó se encontró con que tenía fuentes, base científica y de ahí siguió con otras notas; Fabián, que fue con una patineta colgando de la mochila, contó que lo conoció través de Facebook le encantó el tono y el ángulo original con que bajan ideas a un lenguaje simple, y la mezcla de ciencia y diseño, sin un lenguaje “denso”; Luciana, fanática de los videojuegos, “picó” a través de un artículo sobre intuición artificial.

Tal vez se trata, como explican en su web, de que ven a la ciencia como “una herramienta indispensable para la mejora de una sociedad” y así la vuelven indistinguible del resto de los elementos que forman la cultura.

Labs

El espacio Labs, es la pata de investigación de El gato y la caja, aquí se proponen generar conocimientos nuevos, no sólo divulgar. Básicamente, se trata de experimentos con mucha gente sobre temas como la toma de decisiones, cuán engañables somos las personas, por qué se piensa de una manera y no de otra.

Con la presencia de los científicos patrocinadores Mariano Sigman, Andrés Rieznik y Federico Zimmerman, más el equipo de El gato y la caja, más el público que no sólo los sigue sino que forma parte activa del proyecto el encuentro fue una suerte de congreso científico rockeado (y no por esto poco riguroso).
Quien se pregunte cómo la ciencia puede generar tanta pasión, no tiene más que visitar la web de estos gatos y solito se irá enredando en una de las aristas más críticas y productivas del mundo online.

El jueves presentaron los resultados de los proyectos de investigación online que realizaron durante los últimos meses: Ceguera a la elección política, Moravec y Moral. En el primer caso, Andrés Rieznik explicó que se hicieron preguntas sobre posiciones políticas durante el balotaje entre Scioli y Macri y luego repreguntaban diciendo lo contrario y pidiendo que justificaran esa posición como propia cuando en realidad no lo era. Más de 3800 usuarios formaron parte del proyecto y algunos de los resultados fueron que cuanto más de acuerdo o de desacuerdo se tiene con un tema más difícil es engañar a una persona, además encontraron que, en promedio, las mujeres fueron menos engañables que los hombres, y los votantes de Scioli menos que los de Macri.

También observaron que los temas en los que era más difícil engañar a los votantes del FPV y los del macrismo eran diferentes, mientras que la tasa de detección del engaño en los primeros subía en temas como la Ley de Medios o planes sociales; la de los votantes amarillos crecía en temas relacionados a la transparencia. Además midieron, compararon y observaron una diferencia significativa en el nivel de confianza puesto en las respuestas manipuladas respecto de las no manipuladas, es decir, que aunque no detectaran el engaño en el cambio de la respuesta, el nivel de confianza (medido de 0 a 10) bajaba.

En los temas de moral, se contaron experimentos en los que se medía la respuesta del público respecto de si es más fácil apretar un botón que empuja a alguien o empujarlo uno mismo; o se midieron las respuestas frente a distintas posibilidades respecto de una situación hipotética como si se sacrificaría a una persona por salvar a cinco. En realidad, los problemas eran algo más complejos que este resumen y, en todo caso, el aspecto lúdico siempre estuvo involucrado en preguntas complejas explicadas de manera sencilla, con onda y a través del método científico.

Quien se pregunte cómo la ciencia puede generar tanta pasión, no tiene más que visitar la web de estos gatos y solito se irá enredando en una de las aristas más críticas y productivas del mundo online.



.   .      .       .          .                 .                      .

No hay comentarios:

Publicar un comentario