12 ago 2015

Craig Taborn - El ángel vengador

Festival Piano, piano (25 de julio de 2015)
Avenging Angel (2011) ECM

Festival Piano, piano (25/07/2015)                         
Presenciar un solo de piano de Craig Taborn es como oír por primera vez. Apenas unos golpecitos sobre el teclado bastaron para concentrar en el escenario toda la atención dispersa en el auditorio. La fuerza y precisión del toque de Taborn parecían obra de un cirujano. Pero siempre otra cosa habitaba allí, un demiurgo que podía golpear una tecla y hacerla reverberar
como un pequeño Ahab musical– por todo el interior de La ballena azul y de cada uno de los presentes.
 
El vértigo no requiere velocidad. Unas notas sueltas fueron lentamente creando una melodía, y cada una de ellas, como  un imán, atraía el silencio tal si fuera limadura de hierro, hasta que llegó un punto en que parecía que la misma música iba a desfondarse. De la caricia al golpe, no hubo matiz que el negro rubio norteamericano no atacara. 

El show fue una exploración en esa línea de la música contemporánea que surge del jazz pero que viaja hacia nuevos horizontes, en permanente movimiento. Improvisó sobre composiciones propias, de su álbum Avenging Angel  (2011), editado por ECM, el fabuloso sello de Manfred Eicher, que no deja de sumar a su elenco a las estrellas más relumbrantes de la música, como Keith Jarrett o Chick Corea.

La improvisación se basa en el criterio, prácticamente zen, de estar presente en cada segundo de la creación, es una práctica argumentativo-musical. De las treinta dos piezas que improvisó en estudio, sólo trece se grabaron en este álbum. El primer tema del disco, “The Broad day King”, encierra gran parte de lo que irá desarrollando en el resto de ese disco: una afición por dar vida a cada nota –hundiéndose en el silencio o contrastándose con otras– para sentirlas con plenitud. El piano en los dedos de este artista es una caja de percusión como John Cage quería. 

“Diamond Turing Dream” es un tema pequeño pero con mayor densidad que un átomo. Muy difícil de definir, cada nota vibra en el silencio, como si se despojara de su vestimenta pero quedara envuelta en una energía relumbrante, casi como si emergiera directamente desde un volcán. En “Avenging Angel”, el tema que nombra al disco, es posible escuchar el carácter percusivo del piano.

Para mí, toda improvisación es más sobre prestar atención al sonido que generar ideas. Atención y manipulación, la música ambient se acerca a eso. Es la filosofía de John Cage. Él hablaba de un camino que tendiera al sonido, y yo trato de brindarle ese nivel de atención. Morton Feldman siempre prestaba atención a la caída, a toda la forma de una nota. (…) Cuando pensás en Miles, Wayne Shorter, Roscoe Mitchell en el contiuum del jazz. Estos muchachos prestan atención a todo el evento musical, a toda la forma y el crecimiento de una nota –dónde va, dónde termina. Cuando deja de ser audible y se vuelve imaginaria. Esa es la clave del más profundo mundo de la creación musical. Los verdaderos maestros son conscientes de eso, como  Gerald, o Thomas, o Mat Maneri. Se puede decir inmediatamente cuán conscientes de esto son. Algunos músicos no prestan tanta atención, se están moviendo en cuando las cosas todavía se están desarrollando”.


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