En su primera visita a Argentina, el músico, compositor y ensayista británico charló con la prensa: “Ser artista no tiene que ver sólo con hacer arte o con la creatividad, sino con la posibilidad de sostener esa actividad toda la vida. Esto requiere una visión de largo plazo”.
David Toop es una
de las presencias más importantes del mundo de la música contemporánea, tanto
por su labor de compositor como por ser uno de los pensadores más agudos y
personales sobre el tema. Su trabajo conecta diferentes disciplinas del arte,
siempre teniendo el sonido como hilo conductor.
Télam |
“Ser artista no tiene que ver sólo con hacer arte o con la creatividad, sino con la posibilidad
de sostener esa actividad por diez, veinte, cuarenta años, por toda la vida. Esto
requiere una visión de largo plazo”, dice Toop, sentado en una mesa donde
reposan dos ejemplares de los libros que publicó Caja Negra, Resonancia siniestra (2013) y Océano de sonido (2016). Todo amante de
la música hará bien en disfrutar de su lectura.
En su primera visita a Argentina, charló con la prensa en la biblioteca del
MALBA. Vino a presentar diferentes aspectos de su trabajo, que materializará en
una conferencia performática en el MALBA, el miércoles a las 19 hs., y el
concierto Instuments of Darkness, el viernes a las 20, en el centro de las
artes de la UNSAM, Sánchez de Bustamante 75.
La solidez y claridad
con que fue capaz de responder las más variadas preguntas de periodistas de diferentes
medios tal vez se debe a su larga trayectoria, que se remonta desde los sesenta
hasta la actualidad. De buen humor, Toop se explayó en cada respuesta: su
primer recuerdo consciente con el sonido, la manera en que cambió el modo de
producir y consumir música, qué pasó con la utopía de las vanguardias sobre
democratizar la música, el cambio del rol de la crítica, la diferencia entre
arte sonoro y música, y hasta habló de la naturaleza del silencio, entre otros
temas.
“Mi primer
recuerdo sobre el sonido se remonta a un momento de la niñez en que por primera
vez escuché cuidadosamente un sonido. Nací en 1949, y la anécdota sucedió a
principios de los años cincuenta, mientras mi mamá nos llevaba a la casa de mis
abuelos. La ciudad aún mostraba los daños de la posguerra, había casas
prefabricadas, construidas para gente que había perdido su vivienda durante los
bombardeos. Estas casas estaban separadas por paredes de concreto paralelas
entre sí, que generaban un ‘eco flotante’ (Flutter
echo), que es cuando un sonido rebota entre muros de manera fluctuante y
rápida. Tendría apenas 5 años, y noté el sonido metálico y duro de mis pisadas
que se repetía y eso quedó plasmado en mi mente, sin saber por qué, de manera misteriosa
esa experiencia formó parte de mí. Hace dos semanas publiqué mi autobiografía
en Japón y la llamé así: Flutter echo,
porque es el comienzo de mi interés por el sonido: el comienzo de mi historia. Este
no es un fenómeno sólo físico, sino también poético, porque remite a la memoria
emotiva, es un eco que se remonta profundamente en nuestra historia y resuena
en los momentos importantes. Es una síntesis de todo lo que es importante para
mí.”
"En tanto músico trabajo con la inmaterialidad del sonido, este es la extensión de los dispositivos que uno utiliza, en tanto escritor me ocupo de conceptos más abstractos. Y como compositor me encuentro en el medio de esa abstracción y esa materialidad".
Luego de recordar
ese primer contacto con el sonido, analizó de qué manera esa experiencia afectó
su producción como músico y escritor, tanto por las metáforas que utiliza como
por el interés en la materialidad del sonido: “Esta historia es muy
significativa por la materialidad del sonido, que si bien es invisible y
dinámico, también es algo que casi se podría percibir con el tacto. En los dos
libros investigo temas opuestos, en Océano
de sonido las metáforas de lo líquido, y en Resonancia siniestra, metáforas de lo fantasmagórico. Creo que esta
contradicción proviene de mis dos actividades, músico o escritor, en tanto
músico trabajo con la inmaterialidad del sonido, este es la extensión de los
dispositivos que uno utiliza, en tanto escritor me ocupo de conceptos más
abstractos. Y como compositor me encuentro en el medio de esa abstracción y esa
materialidad. Esta contradicción es una constante de los seres humanos y creo
que es la razón por la que la música está presente en todas las culturas, igual
que el agua y los alimentos. Es importante hablar del sonido en su materialidad,
porque su intangibilidad parece volverlo menos importante en un mundo en el que
está todo ‘comoditizado’ y cuantificado.”
Para Toop cada
pregunta es un trampolín que le sirve para zambullirse en recuerdos y reflexiones,
así vincula la época en que las compañías discográficas dominaban el mercado de
la música con la llegada de Internet, y señala los aspectos negativos y
positivos, aunque siempre se muestra optimista: “Recuerdo que a principio de los
setenta, había intermediarios, como las compañías discográficas. Ese momento,
era muy difícil para los músicos, y nuestra respuesta fue organizarnos. Pero a
principio de los noventa surgió Internet, lo que implicó nuevas oportunidades, y
más tarde las redes sociales, especialmente,
MySpace. Pero entonces los artistas competíamos entre millones.”
Este punto le
sirve a Toop para afirmar su concepción sobre lo que significa ser un artista: “Ser
artista no tiene que ver sólo con hacer arte,
o con la creatividad, sino con la posibilidad de sostener esa actividad
por diez, veinte, cuarenta años, por toda la vida. Y continuar haciendo cosas
interesantes, aun siendo mayor. La mayoría de esos artistas desaparecieron casi
instantáneamente, pocos se mantuvieron por mucho tiempo. La creatividad no solo
se refiere al arte, sino al modo en que uno elige ciertas cosas, con las
elecciones que uno hace, tiene que ver con diferentes aspectos de la vida
cotidiana, y eso es muy diferente a ser un artista, esto requiere una visión de
largo plazo y eso sí es muy difícil de lograr. Es bueno que podamos prescindir
de intermediarios, y si la consecuencia es una explosión de actividad, no tenemos
que preocuparnos, porque la mayoría está condenada a desaparecer, porque es difícil
continuar en este camino.”
Respecto del rol
de la crítica celebra “la desaparición del crítico como sumo pontífice que se
pronuncia sobre si algo es bueno o malo” y frente a eso elige el camino del
guía que estimula al público a tomar sus propias decisiones. “Se requiere
experiencia, escuchar mucho, estar inmerso en la música para poder hablar con
cierta autoridad, aunque ocurre exactamente lo opuesto. Pero estamos en un tiempo
de transición, tan radical como la invención de la imprenta y tenemos que ser
pacientes y ver cómo todo se desarrolla. Sin lugar a dudas algo nuevo está
surgiendo, y cada quien se relaciona con esas experiencias de un modo diferente,
y yo celebro esto. Y la gente ingeniosa va a encontrar modos ingeniosos de
publicar.”
“Celebro la desaparición del crítico como sumo pontífice que se pronuncia sobre si algo es bueno o malo”.
Las transformaciones culturales y tecnológicas del último
siglo han sido enormes, no obstante ello la estructura biológica del hombre, y
por lo tanto su estructura auditiva, no ha cambiado desde hace siglos. La
reflexión lleva a Toop a pensar en la
condición fluctuante de la vida contemporánea, que está entre lo robótico y nuestro
ser de carne y hueso. “Esto tiene que ver con el hecho de que uno vive por un
lado en el mundo virtual online, de las redes sociales, de los mensajes de
texto y, por otro lado, las cuestiones que siguen estando en nuestra piel, en
nuestra fisiología. Este mundo flotante en el que nos movemos, entre lo virtual
y lo tangible, entre lo robótico y lo humano.”
Como músico y compositor se muestra fascinado por esta realidad: “Uso instrumentos primitivos, y luego trabajo con capas de tecnología –de los setenta, de los noventa y actual– y mezclo todo eso. Y también trabajo en el reino digital, que permite diferentes posibilidades para crear sonidos y trabajar con ellos, es posible hacerlo con gran detalle y también uso sonidos del cuerpo (hace sonidos rozándose la manga). Algo que es demasiado pequeño casi imperceptible para ser escuchado pero en el mundo digital realmente podés trabajar con eso. Es como moverse hacia atrás y hacia adelante con todos los elementos al alcance.”
Como músico y compositor se muestra fascinado por esta realidad: “Uso instrumentos primitivos, y luego trabajo con capas de tecnología –de los setenta, de los noventa y actual– y mezclo todo eso. Y también trabajo en el reino digital, que permite diferentes posibilidades para crear sonidos y trabajar con ellos, es posible hacerlo con gran detalle y también uso sonidos del cuerpo (hace sonidos rozándose la manga). Algo que es demasiado pequeño casi imperceptible para ser escuchado pero en el mundo digital realmente podés trabajar con eso. Es como moverse hacia atrás y hacia adelante con todos los elementos al alcance.”
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David Toop performance White Cube January 2015 from Cromwell Films on Vimeo.
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