14 oct 2013

“Mi vida es como si me golpearan con ella"

Libros del Asteroide presenta una bellísima edición de Diario de un ama de casa desquiciada

 

Como si de la lámpara de Aladino se tratara, Diario de un ama de casa desquiciada encierra un ser maravilloso. Bettina Balser es una lúcida y encantadora mujer con una sincera vocación artística que le permite soñar con una serie de futuros esplendorosos.
Sin embargo, la lámpara mágica le entrega otro destino, uno mucho más mundano. Es que Tina Balser vive en los Estados Unidos durante los sesenta, y se encuentra en medio de una maquinaria social que la oprimirá, estrujará y centrifugará para hacer de ella la “mujer perfecta” de la posguerra norteamericana. Así las cosas, será esposa, madre y ama de casa. 
“Mi vida es como si me golpearan con ella”, afirma un desasosegado heterónimo de Fernando Pessoa, y esa frase se ajusta perfectamente a la vida de Tina. 
La dependencia económica del marido, el maltrato psicológico, y la obligación de mostrar una fachada de felicidad tienen directa proporción con la cantidad de alcohol y pastillas que ingiere. 
Al pasar las páginas de este libro viene a la memoria la inclemente pregunta que Mafalda le hace a su madre mientras esta lava la ropa “Mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?” 
El camino mediante el cual la vocación artística de Tina se domestica y endereza es narrado por ella misma en su diario personal. Y como la procesión va por dentro, el diario íntimo revela la profundidad de la angustia que se oculta a todo otro testigo. La voz que escuchan los lectores, lejos de ahogarse en un mar de llanto, es ingeniosa y entretenida y narra de modo minucioso y punzante la vida de una 
pareja de nuevos ricos en la aparentemente osada y desprejuiciada New York de esa época. 
La contracara de la fiesta y la rebelión de los sesenta en los Estados Unidos es una sociedad que –desde los discursos dominantes hasta la familia– intenta forzar a la mujer a un rol de hogareña sumisión. El personaje central de la novela de Sue Kaufman se encuentra en esa encrucijada de la que necesita un gesto casi heroico para salir. 
A falta de heroísmo, Tina posee una lucidez desencantada que la obliga a reconocer sus aristas menos atractivas: “No puedo ser valiente. Soy cobarde hasta la médula. Tengo miedo de todo lo habido y por haber.” 
Para retomar la soberanía de su propia vida, va en busca de ayuda a un psicólogo, que resulta un domador de pulsiones salvajes, la fría ironía de Tina da cuenta del resultado: “Al fin aprendí a aceptar el hecho de que yo era una joven lista pero bastante corriente, un tanto pasiva y tímida, provista de poderosos Impulsos Femeninos… Lo cual significaba sencillamente que deseaba intensamente tener un marido y unos hijos y un hogar feliz.”
Diario de un ama de casa desquiciada fue publicado por primera vez en 1967, un texto pionero en hacerse cargo de la protesta feminista, pero con humor y sutileza. «

 


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(Publicado en Tiempo Argentino 13/10/2013)

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