Aunque no presenta sutilezas de estilista, en cada decisión literaria de Hill está impresa la idea de la literatura como un entretenimiento que debe divertir al mayor número posible de personas. Una megaproducción de Hollywood en formato papel.
Su pluma posee más deudas con Stephen King (que además es su verdadero padre, de carne y hueso, sin eufemismos) y Richard Matheson que con Edgard Allan Poe. Su última historia, Nos4a2 (editorial Suma de Letras) es como hacer un fondo blanco con algunos de los componentes más fuertes de los oscuros brebajes del horror. Sus antecedentes incluyen tres novelas y el cómic de terror Locke & Key, ilustrado por Gabriel Rodríguez, que también interviene en esta producción.
A pesar de que la escritura no presenta sutilezas de estilista, en cada palabra, en cada decisión literaria de Hill, está impresa la idea de la literatura como un entretenimiento que debe divertir al mayor número posible de personas. Como una montaña rusa cuyo único objetivo es causar vértigo, Nos4a2 resulta ideal para aquellos que disfruten esa clase de adrenalina. Una megaproducción de Hollywood en formato papel.
De todos los libros de Joe Hill, este es el que más repercusiones ha tenido. La revista Time la ha seleccionado como una de las mejores de 2013. Es así, los exclusivos deben aceptar la existencia de diversos cánones. Algunos lectores temblarán de miedo y ansiedad ante esta historia. Otros, para los que la palabra bestseller representa el diablo encarnado, también podrán encontrar la peor de sus pesadillas.
La historia se enfoca en una niña, Victoria McQueen, dueña de una bicicleta y de un viejo puente de madera que materializa cada vez que necesita fugarse a toda carrera de la realidad en busca de objetos perdidos. En uno de esos viajes, tratando de escapar de una familia de lo más disfuncional, se encuentra con el híper malvado Charles Manx.
Este segundo personaje también logra que el tiempo y el espacio se contorsionen y así surge de las tinieblas con su Rolls Royce 1938 (el primo malvado de Kitt, el auto fantástico de David Hasselhoff) con la patente que da título al libro (que en inglés suena como Nosferatu) en busca de niños para habitar una siniestra y eterna tierra de Navidad. Una mezcla de Krustyland –el parque de Los Simpson, pero un poco menos decadente– y El País de Nunca Jamás de Peter Pan.
Los lectores consecuentes de Stephen King sumados a los que el propio Hill viene cosechando han demostrado una notable fidelidad y militan esta novela como la más lograda de su producción.
Nota publicada en el suplemento Cultura de TA
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