25 jul 2017

Fontanarrosa, tributo del cine al rosarino más famoso

Fontanarrosa, lo que se dice un ídolo. Seis cortos, seis directores. 

Si hay algo que está fuera de discusión es el pulso para narrar que tenía "el  Negro" Fontanarrosa. Pocos artistas lograron comprimir en tan pocos trazos historias complejas que sugerían siempre más de lo que mostraban. Alcanza con recordar la simpleza de la línea horizontal que proyectaba la infinitud pampeana en Inodoro Pereyra y la plasticidad de los breves diálogos que mantenía con Mendieta. En su faceta literaria, un poco menos conocida pero prolífica –escribió más de diez libros de cuentos y tres novelas–, el rosarino también dejaba en claro su capacidad para capturar ambientes, personajes y el lenguaje del mundo popular.

Son seis cortos de seis directores rosarinos. Juan Pablo Buscarini dirigió a un excelente Dady Brieva en “No sé si he sido claro”, la pieza final y probablemente la que más carcajadas arranca. Una mención especial merecen los episodios animados de Rodríguez Jáuregui, que encontró el tono, la dinámica y la estética exacta en la que el Negro Fontanarrosa se siente en toda su integridad.


La justicia, el barrio, el idioma, los tabúes, la vida íntima; los temas de Fontanarrosa no se limitaban al fútbol, y en eso la película acierta. Por ahí leí que podrían haber aggiornado algunos chistes, muy cerrados en la coyuntura de época, y que ya no están tan vivos, como algunos machistas o simple bulling, coincido en que sin borrarlos, se podría haber trabajado más con ellos.

En una charlita con Juan Pablo Buscarini, explica por qué eligieron cortos. “Yo creo que el mayor respeto se expresa a través del formato cinematográfico que se elige para trasladar la historia. Y creo que para los cuentos de Fontanarrosa es el cortometraje, porque si querés hacer un largo o un programa de televisión de una hora, tenés que extender la duración, y eso no le hace honor a lo efectivo de los relatos”.

El director afirma la riqueza de sumar diferentes miradas y estéticas, porque respeta la capacidad de Fontanarrosa de escribir cuentos en tonos muy distintos. “La prueba de fuego es que ningún director eligió el mismo cuento, pero… cuando los pusimos sobre la mesa, nos dimos cuenta de que no había nada de fútbol. Y hacer un tributo al Negro y que no haya fútbol es un contrasentido, por eso las animaciones de Rodríguez Jauregui encajaron perfectamente.”

Con altibajos debidos a las manos de los diferentes directores, la película tiene hallazgos que se celebran con risas, un par de altas actuaciones (Dady Brieva y Darío Grandinetti), una buena factura general. 


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